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El operativo clamor: ¿Cristina Kirchner al frente del PJ?

A medida que se aproxima el vencimiento del plazo para la presentación de las listas en el Partido Justicialista (PJ), el escenario político vuelve a girar en torno a una figura emblemática: Cristina Kirchner.

Un grupo de senadores e intendentes ha iniciado una campaña en redes sociales, especialmente en X (antes Twitter), clamando por su liderazgo al frente del PJ. Lo que a simple vista parece un movimiento lógico dentro del peronismo, revela, en su trasfondo, una profunda división interna y una creciente incertidumbre sobre el futuro del partido.

El primero en lanzar su mensaje fue el intendente de Ezeiza, Gastón Granados, quien, a las 16:12, expresó su deseo de que Cristina asuma la presidencia del PJ Nacional: “Anhelo fervientemente que @CFKArgentina asuma la Presidencia del PJ Nacional, es una militante de toda la vida de la causa peronista y es la líder indiscutible y excluyente del Movimiento Nacional Justicialista a lo largo y ancho de toda la Argentina”. Minutos después, se sumaron otros referentes del cristinismo como Wado de Pedro, quien hizo hincapié en la necesidad de que una mujer tome las riendas del partido. “Es momento de que una mujer, que militó toda su vida en el peronismo, presida por primera vez el Partido Justicialista”, publicó el senador mercedino. A estas voces se sumaron también Juliana di Tullio y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, quienes reforzaron la idea de que la conducción de Cristina sería un punto de inflexión para recuperar la fuerza y esperanza del movimiento.

Sin embargo, la jugada del cristinismo no ha sido recibida sin resistencias. Desde sectores cercanos a los gobernadores, como Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja, se perfila una estrategia distinta para liderar el PJ, lo que marca una tensión latente dentro del partido. Quintela cuenta con el apoyo de varios gobernadores peronistas y ha logrado avanzar en la recolección de avales. De hecho, se mencionaba la posibilidad de una reunión entre el riojano y Cristina Kirchner, aunque desde el entorno de la ex presidenta aseguraron que "jamás se pidió" dicho encuentro. Esto, sumado al hecho de que La Cámpora había apostado por una fórmula con Sergio Uñac y Lucía Corpacci, demuestra que las internas dentro del PJ están lejos de resolverse.

El escenario en Jujuy, en cambio, parece más claro. Los dos grandes jugadores en la escena nacional ya han marcado territorio en la provincia. Leila Chaer, representante del kirchnerismo, fue la primera en alinear su posición con Cristina Kirchner. “El peronismo se torció y se dobló, por eso es hora de que comencemos la reconstrucción de nuestro movimiento, de la mano de la mujer que supo conducir los mejores años de la Argentina”, publicó en sus redes sociales, demostrando que el cristinismo tiene una base consolidada en la provincia.

Por otro lado, Ricardo Quintela también tiene sus referentes jujeños. Diego Martín Palmieri, un aliado cercano al mandatario riojano, ya ha organizado actos en la provincia, logrando un importante respaldo de figuras como Juan Manuel Urtubey, el senador Carlos Linares, Sergio Berni, y Rosario Lufrano, entre otros.

Mientras tanto, los históricos referentes del PJ jujeño, como Rubén Rivarola y Guillermo Jenefes, se encuentran descolocados en este nuevo tablero. Ambos, asociados a fracasos pasados del partido, han visto caer la intervención sobre ellos, debilitando aún más sus posiciones. Carolina Moisés, compañera de fórmula de Rivarola en las últimas elecciones, también se encuentra en una situación complicada. Su voto a favor de la reforma de la Ley de Inteligencia (RIGI) la ha dejado bajo sospecha, y ha generado tensiones dentro de las distintas vertientes del peronismo jujeño.

Este panorama revela que, si bien Cristina aún conserva un lugar preponderante dentro del PJ, las fuerzas provinciales comienzan a jugar un rol crucial en la definición del futuro del partido. Desde La Cámpora, el operativo para posicionar a la ex presidenta como la líder del justicialismo responde a una necesidad de mantener el control interno. No obstante, el desgaste político y la fragmentación del partido hacen que este operativo sea leído por algunos sectores como una medida desesperada para seguir sosteniendo la "lapicera" en las decisiones internas.

A nivel nacional, la competencia entre Cristina y los gobernadores no se resolverá fácilmente. La posibilidad de una interna sigue latente, especialmente si la ex presidenta decide postularse para la presidencia del partido. De ser así, es probable que muchos otros candidatos se retiren de la contienda, dejando a Cristina como única opción. Sin embargo, las tensiones internas, especialmente entre Cristina y Axel Kicillof, complican este escenario. La negativa del gobernador bonaerense a ser candidato presidencial en 2023 generó una grieta en su relación con Cristina, lo que ha hecho que algunos vean en Kicillof una figura que podría desafiar su liderazgo en el futuro.

En este contexto, mientras algunos actores del PJ lamentan la estrategia del cristinismo, otros se preguntan si el partido, tal como lo conocemos, podrá sobrevivir a estas tensiones internas. La posibilidad de una reconfiguración del justicialismo, donde las provincias jueguen un papel más preponderante y donde Cristina no sea el centro del poder, es cada vez más real. El sello del partido Unidad Ciudadana, que alguna vez representó una promesa de unidad, ahora corre el riesgo de fragmentarse aún más.

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