Referente de la Iglesia de la Medalla Milagrosa dijo que por cuestiones económicas, muchos jóvenes caen víctimas de estas problemáticas.
Vecinos y referentes sociales del barrio Alto Comedero encendieron las alarmas recientemente al informar que el consumo de sustancias ilegales en esa zona de capital comienza tan temprano como a los siete años.
La representante eclesiástica de la Iglesia de la Medalla Milagrosa, Claudia Machaca, dijo que los flagelos que sufren allí son “el consumo de estupefacientes y los suicidios, violencia de género y violencia familiar”.
Por ello, organizan actividades como retiros espirituales, donde muchos jóvenes concurren en busca de respuestas a sus distintas preguntas, y explicó que “cuando se dice “jóvenes de la iglesia” se cree que están todo el tiempo rezando, pero las actividades, y estos espacios, son de jóvenes para jóvenes. Hacemos convivencia, campamentos, ayudamos a alimentar a personas en situación de calle”.
Asimismo, marcó que “hay jóvenes alegres, positivos, que tratan de acompañar a quienes no la pasan bien. El tema económico influye mucho en la cuestión familiar; sienten que los padres, al prestar atención a la parte económica, descuidan la parte afectiva, y es lo que lleva a los chicos a buscar un espacio, cariño atención, donde no se debe. También hay chicos que tienen muchos proyectos y tratamos de darles espacios para encontrarse”.
