- Se demora en la inauguración del parque solar Cauchari.
- La obra lleva casi dos años de retraso.
- Este año habrá que pagar 27 millones de dólares de intereses por la deuda contraída.
“Hay que terminar de calibrar”, dijo en forma escueta el gobernador Gerardo Morales en el programa Animales Sueltos, el viernes 24 de abril, al referirse a la demora en la finalización de su mayor apuesta, el parque solar de 300 megavatios que se construye en el departamento Susques, en la localidad de Cauchari, a 4000 metros de altura en plena puna jujeña.
La consulta por el retraso en la obra es notablemente incómodo para el gobernador. Él mismo, a través de un comunicado oficial, había señalado al mes de mayo de 2018 como límite para inaugurar la obra.
Ese plazo aparece en el contrato original firmado entre el estado provincial, a través de la empresa estatal JEMSE (Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado) y la distribuidora CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico), que se comprometió a comprar la energía que se genere en Jujuy a partir de la radiación solar.
La demora en la conclusión de la estación transformadora “Altiplano”, elemental para transportar la energía que se produzca en Cauchari al sistema interconectado nacional – es decir, para que pueda ser administrada por CAMMESA – continúa con retrasos y las derivaciones de la pandemia complicaron aún más la situación.
El gobernador responsabiliza por esta situación al estado nacional. Asegura que la obra siempre estuvo a cargo del ministerio de energía de la nación, cuyo titular era el ex ministro macrista Juan José Aranguren al momento de proyectarse la construcción de la planta solar en Jujuy.
Sin embargo, en la oposición cuestionan el desfasaje como una falla elemental de planificación. Además señalan a la gestión Morales por no especificar el costo de la estación Altiplano, que oscilaría los 50 millones de dólares que el gobierno no incluye en el precio final que se pagó por la construcción de la planta.
La deuda
Aunque la planta comenzó a construirse el 6 de octubre de 2017, la provincia todavía no logra explicar con claridad cómo generará ingresos suficientes para pagar los créditos que destinó a construirla y los plazos corren.
El discurso oficial asegura que a partir de la venta de energía generada en base a la radiación solar al estado local le ingresará una facturación anual bruta de 60 millones de dólares al año.
De esa cifra, alrededor de 20 millones de dólares, según declaraciones del gobernador, ingresarán como renta directamente al tesoro de la provincia.
Sin embargo, el análisis de la información disponible y la comparación entre los costos de la obra, los compromisos de pago de la deuda contraída y los ingresos esperados, no muestran la posibilidad de obtener una renta como señala Morales.
Por el contrario, sólo se observa, en concreto, un enorme compromiso de deuda, con un gran vencimiento en septiembre del año 2022 y cuotas que irán creciendo hasta 2032.
El primero es por el celebrado bono verde, con el que la provincia le pidió prestado a inversores de Wall Street 210 millones de dólares a una tasa anual del 8,65%. Los intereses ya se están pagando, representan 18 millones de dólares por año (90 millones de dólares al cabo de 5 años). El resto del capital habrá que devolverlo en aquella fecha.
Acá aparece el primer problema serio que ni el gobierno, ni Morales ni los responsables de la obra explican con claridad. Aunque la planta comience a facturar inmediatamente, no queda tiempo material para recaudar el dinero necesario para pagar el bono verde.
En los cálculos más optimistas, el gobierno espera facturar 60 millones de dólares al año, pero restan sólo dos hasta 2022. Aún si Cauchari comenzara a funcionar inmediatamente, ya no le queda tiempo para recaudar lo que necesita para pagar el bono verde.
El segundo crédito es con el Eximbank chino, que le prestó a Jujuy 331 millones de dólares, con un interés anual del 3% y un plazo de 15 años para la devolución. Los intereses ya se están pagando y representan 9 millones de dólares cada año (135 millones de dólares en los 15 años), pero a partir de 2022 habrá que empezar a amortirzar el capital, esto es, pagar las cuotas del préstamo más los intereses.
Desde ese momento y por 10 años, habrá que devolverle en este caso al gobierno Chino la deuda contraída.
Allí surge otro problema. El gobierno se encuentra en plena gestión para conseguir un nuevo endeudamiento, esta vez con el Banco de Desarrollo de América Latina, por 100 millones de dólares.
Ese crédito, según el gobernador Morales, se pagará “con la renta de Cauchari”.
El problema es que ni él ni su gobierno explican cómo afrontarán todos los compromisos financieros que le heredan al pueblo de Jujuy.