Los referentes del espacio de contención realizan la comida para ayudar a la gente, a la par de un zanjón con agua estancada. Presentaron notas a las autoridades, pero no obtienen ninguna solución al problema que no solo es un riesgo por la contaminación sino sanitario.
En el merendero “A Pulmón” del barrio Malvinas asisten a 300 niños y dependen de la colaboración de la gente para seguir funcionando.
A esta complicada realidad financiera en tiempos de crisis, se le suma otra dificultad: deben cocinar a la par de un canal que no tiene mantenimiento.
Agua estancada, desechos y residuos, olores nauseabundos no solo significan inconvenientes de contaminación ambiental sino también un riesgo sanitario.
Su responsable, Delia Vargas, comentó que el problema se presenta todo el año y no tienen soluciones por parte de las autoridades municipales.
“Ya tenemos siete años que hacemos este trabajo solidario y el único momento en el que limpian el canal es cuando llueve, cuando nos inundamos en el verano. Después, el resto de los meses el canal está verde y hay olores porque el agua se estanca.
Nosotros tenemos que seguir igual, trabajamos en la calle porque hacemos comida a leña, tratamos de organizarnos pero no es para nada lindo pisar el zanjón y embarrarse para tratar de limpiarlo. La municipalidad ya nos conoce, sabe que trabajamos en la calle, está también el centro vecinal cerca. Creo que el canal tiene 3 cuadras de contaminación”, relató Vargas.
