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Boleta única: la oposición derrotó al oficialismo y avanzó con la reforma electoral en Diputados

Fue al cabo de un tenso debate en la Cámara baja; se registraron 132 votos a favor, 104 en contra y cuatro abstenciones, de la izquierda; se formó una alianza entre JxC y bloques más chicos.

En abierto desafío al Gobierno, diecisiete bloques de la oposición unieron sus fuerzas en la Cámara de Diputados y lograron dar media sanción al proyecto que propone aplicar la boleta única de papel como nuevo instrumento de votación a partir de las próximas elecciones. Una ovación celebró esta postal de unidad alcanzada en el recinto y que se cristalizó tras un largo debate y una votación ajustada: 132 votos positivos frente a 104 negativos y 4 abstenciones.

Votaron a favor de la iniciativa Juntos por el Cambio (115); Interbloque Federal (8); Juntos Somos Río Negro (2); SER (2); Avanza Libertad (2); La Libertad Avanza (2); y el Movimiento Popular Neuquino (1). En tanto que todo el Frente de Todos lo hizo por la negativa y los cuatro diputados de la izquierda se abstuvieron, a pedido de Nicolás del Caño.

El oficialismo, sin la presencia del presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa –quien participa de la Cumbre de las Américas junto al presidente Alberto Fernández- ni de Máximo Kirchner, no pudo disimular su fastidio a lo largo del debate. Expresión de ello fueron las chicanas, los reproches y las críticas a la boleta única y a la “mayoría circunstancial” que alcanzaron los opositores en el recinto para impulsarla. Advirtió, además, que semejante cambio electoral, por su relevancia, no debía ser aprobada sin un consenso amplio. Tuvo como único aliado a la izquierda que, pese a todas sus críticas a la iniciativa opositora, finalmente se abstuvo.

Esta media sanción del proyecto de boleta única representa el primer ensayo de un acuerdo amplio de la oposición desde la última renovación parlamentaria. Allí comulgaron Juntos por el Cambio, el interbloque Federal, los bloques libertarios, SER, el Movimiento Popular Neuquino y Juntos Somos Río Negro; estos dos últimos bloques supieron acompañar al oficialismo en casi todas las votaciones, pero ahora fueron claves para torcer la balanza a favor de la oposición.

El malestar oficialista se expresó en la voz de Germán Martínez, jefe del bloque del Frente de Todos. “No les interesa la boleta única, lo único que les interesa sin importar el tema es que haya una demostración de una mayoría mínima circunstancial con el único objetivo de instalar un titular en los medios”, asestó.

La iniciativa tendrá ahora un nuevo capítulo en el Senado, donde el oficialismo apuesta a frenar el impulso que recibió de la Cámara de Diputados. De hecho, la vicepresidenta Cristina Kirchner y el presidente Fernández ya se expresaron en contra de esta herramienta; de allí el temor de la oposición de que el proyecto termine cajoneado, sin tratamiento.

“Tal vez volvamos a toparnos con una mayoría oficialista en el Senado que se niegue a aprobar la boleta única -admitió la diputada Silvia Lospennato, de Juntos por el Cambio, una de las primeras impulsoras de esta iniciativa en la Cámara baja-. Podría llegar a pasar que logremos alcanzar los ansiados 37 votos en el Senado y que el presidente la vete. Si eso llegara a pasar, el año que viene volveremos a votar con este sistema antiguo, lleno de trampas, costoso y poco equitativo. Pero este proceso que recorrimos hasta acá igual habrá tenido sentido, porque no tengo dudas de que en el 2023, cuando tengamos mayoría en el Senado lo haremos ley nosotros.”

Con igual énfasis se expresó la diputada Carla Carrizo, de Evolución Radical. “Esperemos que el Senado no sea conservador, que apoye el proyecto y sobre todo que no sea conservador el Presidente y que no lo vete. Que se anime a innovar, que no le tenga miedo al pueblo, y a la demanda y a la expresión popular”, desafió.

“La política es la vocación de transformar y de asumir riesgos para mejorar. Con la boleta única de papel vamos a mejorar los derechos de la gente, vamos a ser más transparentes y a tener un juego más limpio”, agregó, por su parte, la diputada Karina Banfi quien ofició de jefa de bloque del radicalismo en ausencia de Mario Negri, afectado por Covid.

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La media sanción aprobada propone instrumentar en el nivel nacional el modelo de boleta única de Córdoba. De esta manera, se concentraría en una misma papeleta toda la oferta electoral a nivel nacional (presidente y vice, diputados y senadores nacionales y parlamentarios del Mercosur). El objetivo es garantizar al ciudadano el derecho constitucional básico de elegir y ser elegido pues, al poner la responsabilidad de la impresión y distribución de las boletas en cabeza del Estado (no de los partidos políticos), se aseguraría la presencia de la totalidad de la oferta electoral en cada centro de votación.

Sobre este punto giró la mayoría de los discursos opositores durante el debate, el cual fue presidido por otro opositor, el mendocino Omar de Marchi. “Esta reforma está pensada para el ciudadano, porque hay un derecho fundamental que el Estado no le está garantizando que es el derecho a elegir y consecuentemente a ser elegido”, enfatizó el radical Miguel Nanni, vicepresidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales.

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Florencio Randazzo durante el debate de modificación del Código Nacional Electoral sobre Boleta Única

En la misma línea se expresó Florencio Randazzo, exministro del Interior del gobierno de Cristina Kirchner y actual diputado opositor de Identidad Bonaerense. “Es cierto que el sistema actual es fiable, pero la boleta única no solo garantiza que se respete a rajatabla la voluntad popular, sino que además termina con viejos vicios del sistema electoral, como el robo de boletas, y le ahorrará muchos recursos ya que todo se resuelve con una única boleta que entrega el presidente de mesa”, exaltó.

Su compañera de bancada, Graciela Camaño, coincidió. “La boleta ya no va a estar en manos de una militancia política territorial que es dueña de la boleta para entregársela al elector, sino que la boleta va a estar en el cuarto oscuro, la va a tener el presidente de mesa y el elector va a ser dueño de esta voluntad”, enfatizó, tras lo cual, junto con Emilio Monzó (Encuentro Federal) desenrolló una larga lista sábana en la cual estaban anexadas todas las papeletas que compitieron en las últimas elecciones celebradas en la localidad bonaerense de Moreno.

El oficialismo no se conmovió por los argumentos opositores. Por el contrario, les reprochó a sus adversarios se los haya llevado “de las narices” al recinto a votar un cambio en el instrumento de la votación cuando, por su importancia, debería ser aprobado por un consenso más amplio. Además, les endilgó no preocuparse por los problemas “más urgentes” que padece la sociedad y abocarse a los temas “que a la gente no les interesa”.

Los oficialistas no dedicaron demasiado tiempo a cuestionar la boleta única sino, más bien, a defender el actual sistema de boletas partidarias: enfatizaron que no sólo no mereció denuncias de fraude estructural en la Justicia sino que, además, permitió la alternancia de distintos partidos políticos en el gobierno nacional.

“La boleta única no solo carece de consensos, sino que provocaría que el calendario electoral sea más extendido, porque favorecería el desdoblamiento de elecciones, con el consiguiente riesgo de que el sistema político entre en una fase de inestabilidad. Esto, porque se neutralizaría el efecto “arrastre” que tiene la boleta partidaria”, advirtió el diputado kirchnerista Leopoldo Moreau.

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Leopoldo Moreau durante el debate de boleta única

“Que algo funcione no quiere decir que no tenga problemas serios como tiene la boleta partidaria argentina –retrucó el diputado José Luis Espert (Avanza Libertad-. La boleta única de papel pone en pie de igualdad a los partidos chicos, que no tienen el dinero ni la capacidad logística de los más grandes para financiar la impresión de boletas y mantener una legión fenomenal de fiscales para que no se roben boletas”

En el mismo sentido se expresó el diputado Pablo Tonelli, de Pro. “El artículo 37 de la Constitución Nacional prescribe que el Estado debe garantizar los derechos políticos de todos los ciudadanos. Y si hay un derecho político por excelencia es el de votar y elegir a quien uno quiera que lo gobierne. Y está claro que con el actual sistema no está garantizado”, dijo.

Desde la izquierda, Myriam Bregman y Romina Del Pla cuestionaron el dictamen opositor. “Lo que estamos discutiendo y viendo en esta sesión es una bandera política que eligió la oposición de derecha para unificarse”, asestó Bregman, quien advirtió que, con este modelo, no figurarán todos los candidatos en la boleta. “No avalamos ni la boleta partidaria con la que priman los aparatos empresariales y del Estado, ni esta boleta única que favorece las arbitrariedades de la Justicia Electoral”, concluyó Del Plá.

FUENTE: La Nación

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