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Canapino hacía historia y chocó en las 500 Millas de Indianápolis

El Titán cumplía su sueño en la famosa prueba de la IndyCar, pero no pudo terminarla.

  • Canapino ocupó el lugar del medio de su fila, la novena, integrada por tres pilotos.
  • El argentino realizó una carrera prolija e inteligente.
  • En el final, se la pegó O'Ward, Canapino no pudo esquivarlo y terminó montándose sobre el auto del mexicano.

Dijo que lo soñó, y cuando los sueños se hacen realidad, la felicidad es total. Agustín Canapino corría así las famosas 500 Millas de Indianápolis, sexta fecha de la temporada en la IndyCar, estaba top 15 con su objetivo llegar y más, pero a falta de 8 vueltas no pudo esquivar al mexicano Pato O'Ward, que había chocado. Habían pasado 182 vueltas y casi tres horas. Así terminó una jornada que el Titán no podrá olvidar y que tuvo un 90% de historia.

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La gente copó el Indianapolis Speedway Motor, donde había filas desde el día anterior. Todo para llegar antes y estar en el Snake Pit (como en los recitales de Metallica), lugar donde se apiñan frente a un escenario donde se presentan DJs. estaba anunciado Shaquille O'Neal, el ex NBA, pero por cuestiones de agenda no pudo llegar.

Ya cuando se acercaba la hora de la carrera, uno a uno los pilotos fueron presentados, Canapino ocupó el lugar del medio de su fila, la novena, integrada por tres pilotos; corrieron 33. Antes de meterse al monoplaza, el arrecifeño repetía que estaba viviendo un sueño.

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Después del himno, el "Dios bendiga a América", algunas marchas, un cura y sus bendiciones y más etc, se largaron las 500 Millas con los autos en movimiento.

El argentino realizó una carrera prolija e inteligente en una prueba en la que se suelen ver errores, choques y circunstancias que pueden arruinarle el día a un piloto si pierde la concentración aunque sea en segundos. Como le sucedió al francés Romain Grosjean, ex Fórmula 1, quien a falta de 50 vueltas se fue solito contra la pared, rompió el auto y generó la segunda bandera amarilla.

Esa señalización es igual que en la F-1: los autos bajan la velocidad y se encolumnan hasta que la pista queda limpia y vuelve la bandera verde para acelerar al máximo. A tanta velocidad van en el óvalo más conocido del mundo (perdón, Rafaela), que en la semana, el mexicano Pato O'Ward registró la máxima en la historia de las competencias de automovilismo, con 391 km/h.

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La carrera entra en instancias clave cuando los pilotos van a los pits a cambiar gomas y repostar combustible (son más de 800 kilómetros de un saque lo que corren). Un error en la entrada o la salida puede generar un palo, como el que protagonizaron el neerlandés Rinus Veekay, que le pegó al español Alex Palou, quien era líder del torneo y buscaba el triunfo. También se pegó sola la única mujer participante, la británica Katherine Legge.

En cambio, en el Juncos Hollinger Team, con los mecánicos y auxiliares de Canapino vestidos con los colores celeste y blanco, como el buzo del arrecifeño y su Chevrolet-Dallara, la tarea resultó aprobada. La única mancha fue una penalización que recibió el tetracampeón del TC por exceder la velocidad en esa zona.

A mitad de carrera, la vuelta 100, todos se fueron al pit aprovechando la segunda bandera amarilla cuando el novato Sting Ray Robb se la pegó y quedó en medio del asfalto.

A falta de 43 vueltas, nuevamente apareció la amarilla por el palo de Grosjean, y después, como sabiendo que se venía el última sprint, la cautela quedó en los pits y empezaron a ir todos por todo. Uno de ellos fue Canapino, que cuando estaba superando a David Malukas, éste le dio un autazo a 350 km/h que puso en duda la continuidad de Canapa, pero que en realidad mandó al pit al Lituano.

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Cada vez faltaban menos vueltas y se realizaban las últimas entradas a los pits. Y si había un piloto que, en su temporada debut y su primera vez en las 500, quería que terminara todo o apareciera otra bandera amarilla, era Canapino, que a 14 vueltas ¡iba 3°! y giraba con un ritmo de punta, 40s7. Su compañero, Callum Ilot, era el 2°. En el equipo Juncos se pellizcaban.

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Y llegó esa amarilla, pero que se transformó en roja cuando el auto de Kyle Kirwood se fue contra el del sueco Felix Rosenqvist y terminó boca abajo, con una rueda volando hacia el público y su auto arrastrando mientras volaban las chispas. Tremendo accidente, con el piloto sano y salvo.

El final

El problema para Canapino era que le faltaba una parada para repostar combustible, lo cual fue a buscar cuando volvieron a pista, todavía con bandera amarilla. La idea, entonces, era atacar en el final para buscar la mejor posición posible. A la bandera verde la encaró 17° con 8 giros por completar, unos 6 minutos; lideraba O'Ward.

Al cabo, salieron todos acelerando y a los metros, se la pegó O'Ward; Canapino no pudo esquivarlo y terminó montándose sobre el auto del mexicano. Y así terminó su carrera.

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El cierre fue apenas con una vuelta para definir las posiciones, y ganó Josef Newgarden, que pudo superar al sueco Marcus Ericsson, al que venció por apenas 97 milésimas para ganar por primera vez las 500 Millas.

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FUENTE: Diario Olé

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