“Se ven chicos de 17 años consumir pasta base, que es lo más común y lo más dañino porque los afecta rápido. Hay falta de información y es algo muy difícil de salir. Hay falta de contención de la familia ya que muchos chicos fueron criados por sus abuelos o tíos y a veces los padres trabajan todo el día. Es difícil abordar la problemática cuando es un consumo compulsivo, y muchos de ellos no quieren hacer tratamiento después de los 18 años”.
La integrante de Unidos por la Salud dijo que reciben colaboración de distintas instituciones como Hospital Snopek y el Dispositivo Integral de Abordaje Territorial del barrio, pero que muchos adolescentes y sus familias se sienten, frecuentemente, más contenidos por las personas que integran la asociación que representa.
“No trabajamos solamente con los chicos sino también con las familias; lamentablemente, cada vez se ve más (esta problemática) y como asociación tratamos que se haga una ley específica para adicciones, para abordarlas desde otro ámbito”, sostuvo.
Fácil acceso
Flores dijo que en esa zona de Capital “desgraciadamente es fácil conseguir droga, todo el mundo vende y todos sabemos quiénes son”.
En cuanto a la acción policial por esa situación, espera que con la Ley de Narcomenudeo la misma cambie, ya que “no son todos iguales, hay gente buena y mala, cumplen órdenes y si no les dan la directiva no pueden actuar”.
“(La droga) ahora está por todos lados, no es como antes. Conocemos a los que venden; no tienen casas como nosotros, tienen casas de tres pisos y autos. Perjudican a muchos jóvenes y eso da impotencia”, consideró.