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Más relato para más desempleo y pobreza

La dignidad es una cualidad que todo hombre y toda mujer tiene por el hecho de serlo, y en virtud del cual el resto de la humanidad le debe algo: respeto.

Siempre hemos pensado que el interés general, la voluntad general, prevalece sobre el individuo, sobre la voluntad individual. Y siempre hemos pensado que la parte debe subordinarse al todo. Pero a partir de los siglos XVIII y XIX, en Occidente, empezó a entender que el individuo posee una cualidad que resiste a todo, incluso al interés general o al bien común. Y esa cualidad no es otra que la dignidad.

Lo contrario a la dignidad es la cosificación y nadie en el mundo puede cosificar a otro sin cometer una inmoralidad, una vileza.

Jujuy tiene absolutamente roto su tejido social, sistemáticamente se encargaron de fracturar ese tejido social, los que se fueron y el que está, a ambos les sirvió y le sirve esa ruptura, por supuesto que siempre motivado por intereses bastardos. Ahora la recuperación del tejido social depende principalmente de lo que se haga en materia de empleo, pues la generación de éste y la buena calidad de las condiciones laborales no sólo permiten la reactivación económica, sino una mejor calidad de vida y por ende la reconstrucción del tejido social.

El objetivo central de un gobierno debería ser lograr prosperidad para sus ciudadanos y ello se consigue mayormente mediante la creación de empleo productivo. Pero la creación y estructura del empleo ya comenzó a ser uno de los aspectos donde los gobiernos deberán poner más atención con miras al mediano y largo plazo.

¿Cuál es el verdadero problema de Jujuy? El verdadero problema que tenemos en Jujuy es el empleo y no muchos otros temas de los que se suele hablar en las tertulias políticas o en las entrevistas mediáticas.

A veces incluso se llega a hablar de los planes sociales o las asignaciones, suponiendo que la preocupación es verdadera, es un paliativo a corto plazo, en realidad es más una consecuencia del problema que el verdadero problema.

De hecho, muchos otros problemas que tenemos en Jujuy se solucionarían si tuviéramos un mayor nivel de empleo.

En Jujuy tenemos una tasa de desempleo espectacularmente alta, pero no parece que nadie se encuentre con ganas de solucionarlo de verdad.

Por más relato que se intente imponer por parte del gobierno, la realidad es absolutamente abrumadora, los niveles de pobreza crecen exponencialmente mientras Morales y su gobierno está abocado únicamente a una delirante campaña electoral.

Normalmente, del empleo en Jujuy se suele hablar de la calidad del empleo, ya sea por la precariedad, contratos temporales y mal pagados, o incluso en negro, sin contar los miles que están en la economía informal.

De hecho los problemas de calidad del empleo se solucionarían fácilmente si hubiera tasas de empleo más altas.

Lo que más preocupa no es solo el nivel de desempleo, sino los pocos esfuerzos que hace el gobierno para solucionarlo. En general es un tema que se toma como accesorio en el debate político, que muchas veces suele estar centrado en otros asuntos que importan solo a los políticos.

La educación y el trabajo son hoy dos elementos conformadores de toda sociedad democrática.

La igualdad de oportunidades de acceso a la educación facilita el ejercicio efectivo del derecho del trabajo. Podemos decir también que aquellos pueblos que soportan un mayor nivel de injusticia social se suelen caracterizar por las carencias educativas y en consecuencia, por un alto índice de desempleo. Jujuy por ejemplo.

La necesidad de vincular educación y actividad económica se ha reforzado mucho en los últimos años. El factor humano ha pasado a ocupar el primer plano entre todos los medios de producción.

Pero el gobierno de Morales solo apela al relato, por ejemplo los legisladores oficialistas sacaron de la galera un plenario de comisiones junto a la ministra de Educación; María Teresa Bovi, al ministro Desarrollo Económico y Productivo; Exequiel Lello Ivacevich y al ministro de Trabajo, Gaspar Santillán, donde supuestamente debatieron sobre la ley de creación de la Universidad Provincial para el Trabajo.

A pesar de la grandilocuencia del título, estamos hablando de una escuela de artes y oficios en el mejor de los casos y si en un ataque de generosidad le damos crédito a los dichos de los parlamentarios, la pregunta de rigor es dónde quedaron tantos convenios firmados con la UNJu, o bien cuál es el rol que tienen las tres casas de altos estudios radicadas en la provincia.

“La oferta educativa de carreras con amplia salida laboral es uno de los pilares de este proyecto, que contempla el cambio de la matriz productiva y laboral…” dice una gacetilla de prensa, bien cabe la pregunta sobre ¿Cuál es el mentado cambio de la matriz productiva, solo deficitarias y poco transparentes empresas del Estado?

Hablan de amplia salida laboral, bueno sería que el gobierno cuente cuál son las empresas que se radicaron en Jujuy en los últimos siete años.

Hasta ahora solo se ven empresas prebendarías y otras empresas de muy reciente registración que rápidamente recibieron suntuosos créditos del Estado.

Todo un perverso relato electoralista, sin ningún destino cierto y efectivo.

Jujuy está en serios problemas y el principal es que estamos en manos de viles e improvisados.

El vasallaje es lo único que los motiva.

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