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Entretejido social destruido

La posesión de la verdad pareciera dar derechos y se actúa en consecuencia.

Ahora esto trae algunos problemas que los estamos viendo, mediante reacciones autoritarias o violencia verbal con el peligro de que esto, lleve a la violencia física, situación que ocurre en algunos episodios entre ciudadanos a veces por discusiones infantiles que suelen terminar en tragedia.

Ocurre que quien toma parte del todo simultáneamente achica su visión del mundo, empobreciendo su protagonismo, negando la razón, dejando la comprensión de lado y se eyecta de la empatía, imprescindible para los vínculos con la gente.

Se atornillan en su verdad, negando que pueda haber otras posibilidades enriquecedoras. Además, construyen un cerco mental y emocional rígido quedando descolgados del mundo.

Hoy estamos lejos muy lejos de aquella frase memorable del escritor Grahan Green, reconocido por sus exitosas novelas quien dijo en una oportunidad: “Intento comprender la verdad, aunque esto comprometa mi ideología”. Sin dudas estamos lejos de Green, ya que no hay grandeza en nuestra dirigencia y en amplios sectores de nuestra sociedad.

Semejante convicción depende de un esfuerzo de apertura de cabeza y de honestidad intelectual que hoy está ausente, ya que no hay aceptación porque las mentes son pequeñas, mediocres y egoístas.

El progreso se detiene cuando los dirigentes de mente anacrónica, se aferran a su verdad por el temor de aceptar otras miradas, que pueden comprometer su identidad o su “Kiosquito”?. A esta altura uno ya no sabe que pensar.

A propósito un narrador de origen indio Rabindranath Tagore, quien murió en 1941 ya hace algunos años, dijo: “la verdad no está de parte de quien grite más”.

Es muy impresionante como los conceptos aun con el paso del tiempo, no pierden actualidad.

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