Rusia atacó a Ucrania con 11 misiles y 539 drones, durante la noche del jueves y la madrugada del viernes en Kiev. La acción comenzó poco después de que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, llamara por teléfono al líder del Kremlin, Vladímir Putin.
Las defensas aéreas ucranianas derribaron 478 drones y misiles, pero nueve misiles y 63 drones lograron impactar objetivos, según informó la Fuerza Aérea de Ucrania. Se trata de uno de los ataques con mayor número de impactos registrados en los últimos meses.
Entre los misiles utilizados por Rusia había uno hipersónico Kinzhal y seis balísticos Iskander-M o su variante norcoreana, KN-23, lo que refuerza la magnitud del ataque.
El alcalde de Kiev, Vitali Klichkó, confirmó que más de veinte personas resultaron heridas y que se registraron daños en varios distritos de la ciudad. Durante el ataque, el estruendo de las explosiones se escuchó de forma constante en distintos puntos de la capital.
Este nuevo bombardeo ocurre en un contexto de creciente tensión, luego de que Estados Unidos suspendiera el envío de misiles de defensa aérea Patriot a Ucrania, con el argumento de que necesita revisar sus propias reservas de armamento.
Por otra parte, el ataque se produjo pocas horas después de una conversación telefónica entre Donald Trump y Vladímir Putin. Según trascendió, Trump expresó su “descontento” tras la llamada, al no lograr avances hacia una solución negociada al conflicto que ya lleva más de dos años.
La reacción de Volodímir Zelenski
Ante el ataque, Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, rechazó la acción. “Este fue uno de los ataques aéreos a mayor escala, deliberadamente masivo y cínico”, escribió Zelenski en su cuenta de X.
“Una vez más, Rusia demuestra que no tiene intención de poner fin a la guerra y al terror. Solo hacia las 9 de la mañana de hoy terminó la alerta antiaérea en Kiev”, afirmó el mandatario.
“Todo esto es una prueba clara de que, sin una verdadera presión a gran escala, Rusia no cambiará su comportamiento estúpido y destructivo", remarcó.