Morales en Nueva York: ¿paseo VIP o gestión?
El viaje del gobernador a tierras norteamericanas sigue rodeado de interrogantes; el gobierno difundió un mínimo comunicado en el que se lo ve acompañado de un funcionario, pero fueron ignoradas todas las exigencias legales que su investidura impone para realizar una salida de esas características.
A 7 días del comunicado emitido por la secretaria de comunicación de la provincia, el gobierno no ha vuelto a brindar detalles oficiales de la gira que realizó, de manera sorpresiva, el gobernador Gerardo Morales a la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos.
Aquel parte de prensa indicaba que el objetivo del viaje fue contactar al estudio dirigido por el afamado arquitecto César Pelli, de prestigio internacional, para promover la construcción de un museo que custodie las esculturas de Lola Mora, patrimonio histórico y cultural que durante años permaneció a la intemperie en los alrededores de Casa de Gobierno.
En la fotografía que acompaña la entrega de prensa se ve a integrantes del prestigioso estudio junto al gobernador Gerardo Morales y al secretario de infraestructura Ramiro Tejeda.
Es toda la información que el gobierno ha publicado en relación a una misión de gran envergadura, como la visita de dos funcionarios provinciales a una de las ciudades más importantes del mundo.
Sin embargo, la normativa vigente exige que el tratamiento de la información sea otro.
El artículo 130 de la constitución de la provincia impone que, al abandonar San Salvador de Jujuy, el gobernador debe dejar formalmente al mando a su inmediato sucesor, es decir, al vicegobernador.
Este acto administrativo debe ser realizado a través de un decreto, que debe ser publicado en el boletín oficial, como todos los instrumentos de este tipo.
Aquí aparece otra irregularidad: el boletín oficial de la provincia de Jujuy publica actos de gestión con meses de retraso.
Por otro lado, la ley orgánica del Poder Ejecutivo, N° 5875, señala entre las funciones de la Secretaría General de la Gobernación, la de informar acerca de los viajes del gobernador.
El decreto 748 - HF/2016, que reglamenta esa ley, regula la percepción de viáticos para cada salida que realicen los funcionarios. Allí queda expresa la obligación de informar al Tribunal de Cuentas los motivos por los que se solicitan los recursos.
Esta es otra instancia en donde el gobernador debería haber brindado detalles de su viaje.
Si es que todas estas actuaciones administrativas se realizaron, nunca fueron informadas.
La secretaría general de la gobernación y el boletín oficial dependen de Freddy Morales, hermano del gobernador.
Aunque los acérrimos defensores oficialistas aseguren que se trate de una trivialidad, respetar esta normativa es una cuestión de transparencia, algo que el gobierno dice defender.
Si la ley se respetara, todos los ciudadanos de Jujuy deberían saber cuántos días viajó el gobernador, en qué aerolínea voló, quienes lo acompañaron y cuánto le costó al erario público toda la comitiva. Posteriormente, los funcionarios deberían realizar una defensa política de la necesidad del viaje.
Todo eso debería darse en condiciones normales. Aunque eso no ocurre en la gestión actual.
Nadie dice que no viajen.
“No somos un gobierno que se encierra, vamos a salir a buscar oportunidades para Jujuy”.
La frase fue repetida públicamente, con algunos matices, por el gobernador de Jujuy Gerardo Morales en más de una oportunidad.
Su determinación es razonable, las oportunidades de desarrollo posiblemente se encuentren en el marco de una búsqueda programática que necesariamente deberá trascender las fronteras provinciales.
El punto discutido, dentro de esa indiscutida decisión, pasa a ser -una vez más- el desapego que muestra el gobierno por la exigencia republicana de darle publicidad a los actos de gobierno. A los funcionarios no les gusta informar lo que hacen con el dinero público ni tampoco que les pregunten por ello.
El último viaje a la ciudad de Nueva York es un ejemplo más de la forma autocrática que tiene el gobernador de utilizar los recursos públicos.
Esa forma de liderazgo, lamentablemente, es rápidamente imitada por funcionarios de menor jerarquía, que utilizan de igual forma los recursos que tienen a su disposición.
El sentido común indica que, en un contexto de escasos recursos para una provincia deficitaria, con altos índices de desocupación, pobreza e indigencia, el patrimonio del estado debería ser administrado de forma eficiente y austera.
No parece ser la concepción con la que la gestión de Cambia Jujuy administra.
Hoy ser funcionario de la provincia de Jujuy implica viajar por el país y el mundo, cobrar altísimos salarios que superan varias veces el ingreso promedio de la población, trasladarse en vehículos oficiales con choferes, disponer de viáticos. Todo eso, en la mayoría de los casos, sin explicar nada.