- Después de tantos años de remarla de abajo y de tener un progreso silencioso, Las Panteras consiguieron lo que tanto estaban anhelando.
- Se metieron en una segunda ronda de un Mundial, logro que alcanzaron luego de haber vencido a Colombia por 3-2, en el cuarto y anteúltimo partido del grupo D.
- En un final con controversia y no apto para cardíacos: con cambios en el marcador, parates y puntazos.
El partido había arrancado de la peor manera para las dirigidas por Hernán Ferraro, dado que durante el primer set estuvieron imprecisas en la recepción y sin chispa para cerrar el ataque frente a una férrea defensa colombiana que las obligaba a jugar varias pelotas para tener que ganar un punto. Además, el rival sumaba mucho desde le contra ataque. Sin embargo, el equipo nacional no bajó los brazos, se hizo fuerte en el bloqueo (14 puntos vs. nueve de las colombianas a lo largo del encuentro) y encontró en Erika Mercado a su ancho de espada (28 puntos -24 de ataque y cuatro de bloqueo-) para poder sacar cierta ventaja.
Y si bien el segundo parcial había empezado parejo, una ráfaga de 8-0 de Argentina, en el que el equipo secó a las colombianas en ataque y encontró una buena distribución en el armado de Victoria Mayer para que las opuestas peguen con cierta comodidad, liquidó las acciones. Así, consiguió una distancia indescontable e igualó el marcador.
Desde entonces, parecía que la Selección iba a sacar a relucir toda su experiencia, puesto que se trata de su sexta participación mundialista frente a la primera de su rival. Sin embargo, combinó grandes pasajes de juego por otros de mucha irregularidad y, de ese modo, llegó a la definición del tercer set palo a palo. Y, para colmo, no pudo aprovechar un set point cuando estaba 24-23 y terminó padeciendo a la opuesta Dayana Segovia, una de las figuras contrarias, quien se hizo cargo del ataque colombiano y revirtió el marcador. Asimismo, Colombia volvió a sacar ventaja con el primer tiempo, táctica con la que la armadora encontraba con facilidad a sus centrales.
Argentina debía remar otra vez desde abajo. Ya parecía una costumbre. Pero las chicas sabían que estaban ante una situación histórica. Después del triunfo ante República Checa, tenían que hacer un esfuerzo más para lograr el tan ansiado boleto a la segunda ronda. En ese sentido, el equipo no se rindió y volvió a jugar a un gran nivel, aunque hubo un nombre que se destacó por sobre el resto en este tramo: Yamila Nizetich, quien redondeó un total de 20 puntos y se mostró siempre como opción para los ataques por las puntas.
Así, todo se definía en el tiebreak y Colombia había comenzado mejor. No obstante, cometió un error en la rotación y pasó de estar arriba en el marcador a perderlo gracias al reclamo del banco argentino. En ese momento, Argentina se pudo serenar en ataque, encontró buenas recepciones para que Mayer jugara mayoritariamente con Mercado y Nizetich, y consiguió una regularidad que condujo al equipo hacia el título.
Gracias a los dos triunfos ante República Checa y Colombia, que se enfrentan este sábado en la última fecha de la zona, Las Panteras rompieron una nueva barrera y más allá de lo que suceda el domingo ante Japón, saben que ya tienen asegurado un lugar en el Top 16. Allí se conformarán dos grupos de ocho equipos (no repetirán rivales de la fase previa) que jugarán entre el martes 4 y el domingo 9 de octubre. Los cuatro primeros de cada uno avanzarán y se medirán en duelos de eliminación directa hasta la final del 15.
Cómo sigue el camino de Las Panteras
El equipo albiceleste, que el domingo jugará ante Japón (a las 9.15, hora argentina) en la última fecha del grupo, participa de la competencia con el siguiente plantel: Victoria Mayer y Sabrina Germanier (armadoras); Erika Mercado y Bianca Cugno (opuestas); Emilce Sosa, Bianca Farriol, Candelaria Herrera y Brenda Graff (centrales); Yamila Nizetich, Daniela Bulaich, Candela Salinas y Lucía Verdier (receptoras punta) y Tatiana Rizzo y Agostina Pelozo (libres).
Esta edición es la séptima Copa del Mundo en la historia del seleccionado femenino argentino, que registra como mejor posición el octavo lugar en Brasil 1960, un torneo disputado por 10 países.
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