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La fragilidad del sistema carcelario permite constantes fugas de presos

Las cárceles, comisarías, servicios penitenciarios y demás unidades correccionales de la provincia, representan otro de los graves problemas que la administración de Eduardo Fellner heredará al próximo gobierno.

La responsabilidad de controlar la compleja situación recayó en la última etapa en las manos de Alberto Matuk, el Ministro de Gobierno que llegó para desactivar problemas con la riesgosa estrategia de dilatarlos en el tiempo.

En las últimas horas, la Comisaría 6ta. del barrio San Pedrito fue nuevamente escenario del escape de cuatro jóvenes delincuentes, quienes se aprovecharon de las precarias medidas de seguridad del lugar. 





Ante la pasividad o el descuido de los uniformados, habrían logrado romper el candado de la celda en la que permanecían detenidos y así emprender la huida. Pero la crisis en el sistema carcelario de Jujuy no se limita a las fugas recientes.

El hacinamiento, la estadía de presos con procesos judiciales en comisarías y hasta la insólita situación de una unidad enquistada en pleno vecindario de Alto Comedero, haciendo convivir a vecinos respetuosos de la ley con condenados por delitos graves, son problemas que el Gobierno acumuló y que superaron a la gestión de Matuk.

Desde hace unas horas, cuatro malvivientes pertenecientes a una banda dedicada a delinquir circulan por las calles con impunidad, como producto del precario sistema carcelario de la provincia de Jujuy.