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A las piñas por Talleres

Estábamos cansados, agotados y tediosos del largo viaje que hicimos de Perico hasta Rafaela, de la provincia de Santa Fe. Estábamos con el “Gallego” Telmo López, el relator de la radio “El loco” Bandi junto a un camarógrafo que nos seguía para mi relato de televisión.

Me acuerdo que hacía un calor de ¡La hostia! , cuando llegamos a la ciudad y nos sentamos en la vereda del Club Atlético Ben Hur, que por esos tiempos “Pisaba fuerte”. Fue entonces cuando un “grupito” de hinchas del equipo local, pasaron delante de nosotros, mientras uno de ellos nos miró y nos preguntó enérgicamente: ¿ustedes son de Jujuy? Por lo que respondimos que sí. Encima el muchachón nos dijo: Está todo mal con la hinchada de Talleres, porque nos trataron mal en Perico.

Sobre que estaba aburrido con la incandescencia del tiempo, la frase de este energúmeno me dio más calor que la temperatura misma. Fue entonces, que me quise levantar para enfrentar al provocador hincha de Ben Hur. Sin embargo, alguien de mis colegas, me tomaron de las piernas, como diciéndome: Dejá negro, no les des bolilla.

Ese día, como les cuento, hacía un clima caluroso, sumado a la humedad propia de Rafaela. Habíamos llegado muy temprano y después nos dirigimos a la cancha y al vestuario del club, que a esa hora estaba completamente vacío.

Me acuerdo que me dolía la cabeza y mientras los jugadores llegaban a la institución, me tomé una aspirina para calmar mi jaqueca. Fue entonces, que después de un momento, mis colegas se iban ubicando en las cabinas, mientras yo caminaba por el solitario recinto, mientras empezaba a escuchar los primeros gritos de la hecatombe.

Es que los jugadores de Talleres, bajaban del colectivo que los transportaba, mientras los exaltados hinchas de Ben Hur, le hacían una “Calle de la amargura”, a los empujones y al grito xenófono de “Bolitas”, “Negros de M” y otras cosas más.

Mientras esto ocurría, me llamó la atención el griterío que acaecía afuera, por lo que- mientras los jugadores de Talleres ingresaban al vestuario- yo salía curioso e indiscreto por saber a qué se debían esos gritos y tanto escándalo.

Dio la casualidad que el último en bajar del micro, fue el arquero cordobés Ramírez, un “Calentón” de aquellos. Entonces, cuando lo escupieron, el arquero se dio vuelta para pelear, sin embargo tenía puesto una ojotas que lo hicieron trastabillar. Y se vino un “Barra” de Ben Hur, dispuesto a “Patearle” la cara, ante el resbalón de Ramírez y fue entonces que – al darme cuenta de lo que pasaba- me acordé de mis clases de Taekwondo y de Boxeo en la Sociedad Obrera, que me inspiré y le metí una patada voladora en la cabeza al inadaptado simpatizante “Rafaelino”.

Ahí se armó una pelea descomunal, mientras Ramírez “Volteaba” muñecos a como diera lugar, mientras yo también repartía piñas, patadas y cabezazos como nunca lo hice. Hasta que salieron el resto de los jugadores que ya estaban en el vestuario, también para pelear en la campal  batahola que se armaría. Ahí estábamos parejos, en medio de una calle que era un verdadero campo de batalla, en donde los jujeños le dimos su merecido a los marginados y cobardes hinchas de Ben Hur.

Estaba tan “caliente”, que  mis colegas de Perico me contaban, que Ramírez y yo éramos unas bestias, pegando a cuanto se pusieran en el camino.

Fue una hostilidad que pocas veces viví, pero que extrañamente disfruté, ya que me saqué la bronca del alma.

Después de todo, el partido se llevó a cabo y Talleres perdió. Encima un colega del diario “El Tribuno” me preguntó las novedades, mientras le dije “No comentés, lo de las piñas”. ¡Para que! , al otro día, salió un texto en ese diario que decía: Gracias a la intervención del periodista Daniel Colqui, el arquero  Ramírez se salvó de una seria agresión.

Yo pensaba, mi jefe ahora me despide de mi empresa. Gracias a Dios, nada de eso pasó, pero igual el amedentramiento  estaba latente.

Hoy puedo contar y escribir sobre este suceso, mientras me río, por lo que pasé y me morí de risa.

Sin embargo – me puse a pensar- ¡Me agarré a piñas  por Talleres! Y eso  mis colegas todavía se acuerdan y los hinchas recién se  enteran… ¡La fruta que lo partió!

EL POETA DEL FUTBOL

 

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