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Impresionante manifestación de fe en Casabindo

Un año más lugareños y turistas vivieron las honras a la Virgen de la Asunción y el Toreo de la Vincha. Como cada 15 de agosto el pueblo puneño se vistió de fiesta y renovó su compromiso con la fe en una jornada que dejó imperdibles postales.

Desde San Juan, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Tucumán y hasta de Brasil, España, Ecuador y otros lugares lejanos, llegaron turistas para vivir las Honras a la Virgencita de la Asunción. Algunos movidos por la fe y el turismo religioso, otros simplemente para conocer Casabindo, ese pueblo que cada 15 de agosto despierta de un largo sueño para volver a estar en el centro de la escena.

El ansiado día comienza muy temprano con salva de bombas y la celebración del Alba y de la Aurora. Con el pasar de las horas la gente se va acercando hasta la Iglesia donde los reciben con mate caliente. La imponente y blanca edificación contrasta con todo el paisaje de ocres, data del año 1772 y es conocida como la Catedral de la Puna por su patrimonio arquitectónico y las pinturas de ángeles arcabuceros de la escuela cuzqueña.

Fue justo enfrente donde el joven Pantaleón de la Cruz Tabarca, héroe aborigen, se sublevó contra los españoles en el tiempo de la colonia. Cuenta la historia que Pantaleón llevaba una vincha roja con monedas de plata en la frente, símbolo de su estirpe, que los españoles se la quitaron y pusieron a los toros, retándolo a recuperarla. Era 15 de agosto, día de la Virgen de la Asunción y Pantaleón se encomendó y logró su cometido pero lo pagó con su vida. Así dio inicio a una tradición que ha durado hasta el presente.

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