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Ideas para dar color al pasillo

Descubre lo fácil que es tener un pasillo más alegre. Pinceladas de color en paredes, detalles y suelo son la clave. Con estas ideas, ¡se acabaron los pasillos tristes!

A TODO COLOR

Apuesta por un color intenso en una única pared y verás cómo el pasillo gana interés visual y deja de ser una zona de paso sin más. Parecerá otro al lucir una imagen renovada. El color elegido aquí, el teja, es poco frecuente, pero muy cálido y con carácter. En este espacio, además, se sacó partido a la pared con varias baldas que lo convierten en un pasillo-biblioteca. Si te fijas bien, en la zona inferior, una de ellas es más alta porque oculta el radiador, también lacado en teja, y las otras dos, bien situadas más abajo, lo ocultan desde los lados. 


FORMATO MAXI

Espectacular, esta propuesta para pasillos. Elegir una obra de gran formato para decorarlo captará todas las miradas. En este caso se trata de un mural, inspirado en una obra del artista pop Roy Lichtenstein que, además, varía la percepción del espacio porque acorta visualmente la zona de paso.


MURALES TRENDY

Propuestas para decorar las paredes del pasillo con mucho color. El azul es el mural Those who whish 2, de la diseñadora gráfica Ana Clapés. El verde, es el modelo Mosaico de pájaros, de Vicky Scot. Ambos son de Bloompapers y se pueden encargar según las medidas de la pared donde se vayan a colocar. ¿Y la casita de pájaros? Un detalle en 3D para poner la guinda en cualquier mural; es de Car Möbel.
PUNTO FOCAL

Paredes claras y tarima de roble, nogal, haya... Una combinación clásica, y segura, en cualquier pasillo. El color se introduce aquí con una puerta corredera lacada en un rojo muy vivo. ¡¡Todo carácter!! Sin duda, la puerta se convierte al instante en punto focal en cualquier pasillo donde el esquema cromático apueste por la homogeneidad cromática.


TECHO OSCURO

El pasillo de tonos claros se convirtió en una galería de arte con una balda que tiene poco fondo y recorre toda la pared. ¿Qué papel juega el color aquí? El techo, pintado en negro pizarra, se acerca visualmente, y matiza así la sensación de estrechez del espacio. La jugada perfecta: elegir una alfombra de rayas blancas y negras, de la firma Pappelina, que armoniza con suelo, paredes y techo. Interiorismo, Itziar Echebarria.


¡CUÁNTA FRESCURA!

El color verde de las paredes, que se asocia tan fácilmente con la naturaleza, se prolonga también en el techo de este pasillo de modo que acapara toda la atención. Es intencionadamente el protagonista absoluto y elemento clave para transmitir frescura y alegría. Su partenaire en este pasillo: un suelo de cemento pulido, en gris muy claro, que da un aire factory loft al espacio.


ALFOMBRA MULTICOLOR

Un ejemplo muy común: el recibidor no es tal, sino que ya desde la entrada arranca el pasilo, recto y muy largo. En esta casa, se optó por dar más amplitud visual con tonos blancos en paredes, techo y suelo. Para decorarlo, se eligió un dúo clásico, también blanco: consola y espejo de gran formato, situados enfrente de la primera puerta del pasillo. El detalle que añade ráfagas de color y dinamiza el ambiente: una alfombra de rayas. Consola y espejo, de Maisons du Monde. El pavimento es un laminado blanqueado, de Quick-Step.


CON PAPEL PINTADO

Las palabras en gris y negro sobre fondo blanco de este papel pintado dan un aire actual y moderno a este pasillo. Las alfombras circulares de pelo, con su color azul petróleo y brillo, sofisticación. En contraste, la consola mini de estilo clásico, con el trío de estanterías. Sus baldas son perfectas para jugar con la combinación de colores, mediante detalles y complementos decorativos, pero además, resultan muy útiles para sombreros, bolsos y zapatos. Papel pintado Carte Blanche, de Coordonné. Estanterías Lack, de Ikea.


ESPACIOS DIFÍCILES

Otra zona de paso que se presta a un cambio radical con color son los distribuidores. Éste, además, es abuhardillado y apenas cuenta con paredes porque tiene una gran cristalera, con estor enrollable y una puerta. El reto: que no se quedara en un espacio sin interés visual. La solución fue revestir con el mismo papel pintado de rayas verticales los pocos tramos de pared que había. Fue un acierto, porque la zona de paso se llena de color y alegría, y las rayas se convierten en su señas de identidad.

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