Es una festividad exclusiva de ellas, ya que los compadres celebraron su día el jueves anterior.
En Jujuy las comadres acostumbran a agasajarse unas a otras. Pidiendo permiso se arrojan talco, papel picado, se colocan la serpentina y los ramitos de albahaca; algunas también se hacen regalos como chicha, panes o masas dulces que luego comparten.
Suelen convocarse en distintos recintos e invitan a amigas, hermanas, primas, en una suerte de complicidad. Se muestran orgullosas de ser mujeres y muchas veces utilizan las coplas para desafiar los roles de género, cuestionan a los compadres y dejan en claro que ellas son las más divertidas.
Es un acontecimiento cargado de simbolismos, no solo se puede considerar el festejo, la complicidad y la picardía, porque va más allá de eso.
Las comadres se reúnen para renovar el compromiso que asumieron y que es el hecho de haber confiado el acompañamiento en la crianza de los ahijados a una persona a quien le tienen gran estima.
En el caso de que una de las comadres se enferme o muera, sabe que sus hijos no quedarán solos.
La coplera Elsa Tapia nos dice: "Ser comadre es un vínculo de amor entre dos mujeres, que son hermanas, amigas, compañeras, que comparten la crianza de un ahijado o una ahijada".
"Todos los años se hace un encuentro ancestral de las mujeres donde contamos nuestras vivencias de todo el año, nuestras penas y nuestras alegrías".
La coplera Elsa Tapia saluda a las comadres en su día
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