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Especulación e hipocresía: el juego electoral de Rolando Ficoseco

Durante una nueva aparición mediática el ex intendente se despachó contra su sucesor con severas críticas y poca retrospectiva. Quien dominó por más de 20 años el Ejecutivo periqueño lleva en sus espaldas una biblioteca de expedientes, pedidos de informe y gravísimas denuncias por su accionar político.

  • El ex intendente de Perico vuelve a la escena pública sin autocrítica.
  • Ficoseco reniega de los manejos políticos de Luciano Demarco aunque evita hablar de su comprometedora situación judicial.
  • La carrera electoral 2021 ya se corre en la ciudad tabacalera a pesar de la pandemia y el delicado estado sanitario del municipio.

Evidentemente Rolando Ficoseco está disconforme con su rol opositor; porque se dio la lógica y la derrota en las urnas el año pasado no lo retendría mucho tiempo en la sombra. Perpetuarse cuál faraón de los Valles, poder e impunidad son privilegios demasiado tentadores para dejar ir, aún después de medio siglo politiqueando en el curriculum.

Como reza el clásico slogan de los productos que se venden en la TV, la prensa domesticada le propone entrevistas pensadas para su satisfacción. En su desfile mediático, por mandato de los aliados entre el oficialismo provincial, Ficoseco no encontrará periodistas que osen preguntar por las cuantiosas causas que acopió en su extenso paso por la administración pública de Perico.

Año tras años de balances corregidos con “liqui”, ejercicios anuales con millones de pesos faltantes, constantes pedidos de informe del Tribunal de Cuentas al punto de llegar a sentencias definitivas, denuncias penales por fraude a la administración pública, negocios incompatibles y la gravísima acusación de formar una “asociación ilícita”.

Para Rolando Pascual Ficoseco dicho prontuario no es impedimento para cuestionar al actual intendente Luciano Demarco a quien tildó de “Bolsonarito” por su aparente forma de actuar prepotente.

Aunque el cortocircuito no es nuevo, Ficoseco “se la tiene jurada” al referente del partido VIA; aún no puede digerir el hecho de que una ignota agrupación política lo haya desbancado, tampoco que entre las primeras acciones de gobierno lo hayan denunciado penalmente (una vez más).

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Por eso justifica hasta lo injustificable, afirmando que Demarco planea “adueñarse” de Finca El Pongo, inestimable legado que Plinio Zabala dejo para el pueblo periqueño, haciendo caja con sus bondades en una estrategia de expansionismo político que no tiene ni pies ni cabeza.

Quizás una teoría creada para desviar la atención sobre el uso y abuso que proponen sus jefes políticos en la ampliación del cultivo de cannabis en la región, un negocio/proyecto que está lejos de contentar a los vecinos.

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No pierde las mañas

El repertorio de denuncias que lleva su nombre es tan extenso como su trayectoria. Se pueda rastrear hasta el año 93 cuando como concejal embarraba la cancha más de lo que proponía, complicando la gobernación de la difunta (QEPD) diputada Alejandra Arach por entonces intendenta de la ciudad.

Luego de veintisiete años vuelve a desempolvar su manual de campaña, ahora jugando para un nuevo bando, tratando de ubicarse entre las filas del oficialismo, apoyando candidaturas digitadas desde Casa de Gobierno y devolviendo gentilezas al benefactor que prefirió ubicarlo en un cargo directivo en vez de aplicarle el peso de la ley.

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Irónicamente los medios que hoy le dan cartelera lo tildaron tiempo atrás de traidor al PJ cuando fue bien acogido por Gerardo Morales, aunque Ficoseco supo cambiar de signos, colores y compañeros de boleta en más de una ocasión.

Ningún antecedente, ni siquiera sentencias firmes del TdC impidieron que se presentara tipo testimonial en las legislativas de 2017, donde ganó una banca en la Casa de Piedra que jamás ocupo. La comisión de Asuntos Constitucionales dio de baja el diploma por “su falta de respeto” para ubicar a otro superviviente político como Alfredo Gerry.

Si Jujuy fuese una provincia donde el estado de derecho está garantizado y el poder Ejecutivo no decide por los jueces, probablemente Rolando Pascual Ficoseco no actuaría con semejante desparpajo.

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