Travesía Cultural |

Crónica esperanzada

El escritor Luis E. Melano nos habla sobre momentos vividos en la celebración y entrega de premios realizados por la Fundación Argentina para la Poesía.



FUNDACIÓN ARGENTINA PARA LA POESÍA: UNA INVITACIÓN PLENA DE AMOR Y ESPERANZA


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Organizado por la Fundación Argentina para la Poesía, en el Palacio San Miguel se presentó el libro “Antología de Poesía Contemporánea”, maravilloso evento que convocó a poetas y escritores de nuestro país.

Tal acontecimiento se realizó en el Salón Renoir. Imposible no referir a su preciosa arquitectura, al imponente señorío que lo destaca con sus mármoles, molduras y hermoso vitraux central acentuando sobremanera la belleza del lugar.

En este emblemático lugar del microcentro porteño, se distinguió a grandes personalidades de la cultura:

- GRAN PREMIO DE HONOR 2019: Fernando Sánchez Zinny

- Ganadores del Concurso Anual de Poesía Inédita 2019 “Máximo Simpson”

-PRIMER PREMIO: Alfredo María Villegas Oromí

-SEGUNDO PREMIO: Ana María Pedernera

-TERCER PREMIO: Daniel Ruiz Rubini

-MENCIONES: Mailena Martínez Crovetto y Eduardo Carlos Robino.

Podrías escribir algo sobre lo que viviste esta noche”, dijo mi amiga Susana Quiroga. ¿Cómo negarse a semejante convite? Concurrir a tamaño acontecimiento literario me llevó a reflexionar sobre el valor de la poesía y su relación con la filosofía.

Vivimos un presente vertiginoso, de culto a lo exterior, al look, a lo inmediato donde pareciera que no hay tiempo para pensar, para reencontrarnos consigo mismo y preguntarnos ¿qué estoy haciendo, cómo, con quién, para qué? Ese “presente” al que refiero, indicaría que la filosofía ya no representa al hombre, algo así como que el ámbito de los conceptos llegó a su cumbre, de allí en adelante el vacío.

Ese vértigo, esa fuerza inercial del aquí y ahora es lo que a muchos priva advertir que el saber ocupa lugar; si no lo ocupara, estaría fuera de, dando vueltas hasta que alguien comenzara a llenarlo. Cuánto mejor si a ese “saber” lo trasladamos al mundo del “sabor” con que debemos ir forjando nuestras existencias.

Viene muy bien citar a Fernando Sánchez Zinny, poeta, traductor, asesor y crítico literario, quien expresara en una entrevista: “Ciertos refinamientos de la sociedad están perdidos para siempre”.

Señala claramente: “ciertos” refinamientos, no todos. Si bien muchas cosas quedaron en el camino, tal no es una liviana apreciación de Zinny quien va más allá convocándonos a mirar y admirar un mundo en común con otros seres, entendiendo por mundo eso que la cultura nos brinda.

Su opuesto es la masa, liturgia donde muchos se congregan para ser nadie.

Enrique Rojas refiere en su libro El hombre light: “El hombre light carece de referentes, tiene un gran vacío moral y no es feliz, aun teniendo materialmente casi todo. Esto es lo grave… Frente a la cultura del instante está la solidez de un pensamiento humanista; frente a la ausencia de vínculos, el compromiso de los ideales… El hombre light no tiene referente, ha perdido su punto de mira y está cada vez más desorientado ante los grandes interrogantes de la existencia”.

El poeta es poeta porque rompe estructuras, planteándonos una mirada que nace desde su sensibilidad, capacidad de asombro y reflexión.

Personalmente, considero que la poesía es como un pájaro volando al cielo de un alma. Si luego se replica en otros cielos, en otras almas, bienvenido sea.

En esencia, es una invitación a pensar, a reflexionar sobre aquellas consideraciones que el poeta nos plantea. Cuánto más en este tiempo de vacío que vivimos, en que se rinde culto a tanto ruido y naderías urge darse tiempo para leer, para escuchar poesía.

A través de la poesía vamos realizando una relación, y en ella nos hacemos. La poesía expresa profundas reflexiones, miradas sobre la existencia que en la complejidad del tiempo que vivimos, la filosofía no encuentra respuestas que requieren tiempo de análisis y reflexión, por girar aquélla en torno a problemas de la existencia que permanecen y van cambiando, configurando así la búsqueda de una verdad interior relacionada con una verdad ontológica.

Filosofía y poesía profundizan ayudándonos en la comprensión del tiempo en vivimos.

En entrevista que Susana Quiroga le realizara en su programa de radio, el poeta Víctor Ocalo García, expresó: “A mí me parece que la poesía es un camino al conocimiento. La ciencia es un camino de conocimiento. Las operaciones del científico y del poeta, no son diferentes. El objeto es diferente, y el producto es diferente. Creo que la poesía descubre los mecanismos racionales de la ciencia antes que la ciencia. De hecho, la intuición, digamos así, el mecanismo inconsciente con el que trabaja el poeta lo lleva a afirmar cosas que luego la ciencia las comprueba. Ahora, ¿quién es el objeto del conocimiento? En primer lugar, es un jujeño, el propio poeta. Estoy hablando en lo personal. ¿Qué me hace conocer la poesía? En primer lugar, yo escribo poesía para conocerme a mí mismo. Es un camino que no se termina nunca. Uno, en el fondo, sigue siendo el mismo… pero va cambiando la manera de expresar, es el ser que uno mismo va conociendo, a la vez, lo hace cambiar a uno. La poesía nos hace preguntarnos y justamente en la pregunta está el conocimiento”.

En su libro Sabiduría de la vida, Jayme Barylko inquiere: “¿Por qué es poeta el poeta? Porque él se ha hecho violín para que cualquier brisa al rozarlo lo haga cantar”.

Agradezco a Susana Quiroga y a la Sra. Lidia Vinciguerra (Vicepresidente Fundación Argentina para la Poesía) por la invitación a este memorable evento.

Sentí tremar mi corazón al escuchar poemas leídos con tanto amor, dulzura y sentimiento puestos en su lectura por Marta Albanese (actriz) y Daniel Miglioranza (actor).

En el Salón Renoir señoreó la poesía, una invitación plena al amor y la esperanza propuesta por la Fundación Argentina para la Poesía.



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Luis E. Melano

Exclusivo para “Travesía Cultural”

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