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Un nuevo año

 

Obra perteneciente a Aída Emart, plástica mejicana.

 

REENCUENTRO

 

Ellos no saben que cuando se van, la casa guarda sus voces …

 

De pronto la casa se ha poblado de voces, de presencias y ausencias latentes en los corazones, de flores obstinadas que la cubren de rosa, de rojo carmín, de lila y blanco, de canto y vuelos de pájaros diferentes. Y el verde esperanzado del césped y ligustros protectores espera pasos de otrora y nuevos, saltarines y pequeños.

Han llegado los hijos, los nietos, con sus bagajes de sueños, de alegrías y algunas tristezas. Los miro y los adivino. Se encuentran, se hablan, se reconocen en el Amor, en el pasado de un tiempo nuestro inconfundible y cercano. 

Y yo, la madre, la abuela, la mujer, los miro y desapercibida, levanto ropas, mallas, juguetes, y trato de rescatar el orden armonioso que me rodea. Vivimos un fin de año y comienzo del nuevo que nos nutre, con los deseos de manos entrelazadas, encendidas de fe por el otro, esas manos unidas en el afecto en el transcurso de los días. 

Ellos no saben que cuando se van, la casa guarda sus voces, Ellas me acompañan, me protegen y yo las escucho… siempre.

 

 

Susana Quiroga

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