Travesía Cultural | recordación |

Jorge Calvetti

El 4 de noviembre se cumple un nuevo aniversario de la muerte de Jorge Calvetti. El tiempo en su devanar de años se ha nutrido de su personalidad y de su obra literaria rica en diferentes géneros literarios. Es por eso que, como jujeños, lo recordamos constantemente con emoción y nostalgia. Su voz habita en la memoria colectiva y produce gozo.

                                                                                          JORGE CALVETTI

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Como un animal voraz

la muerte me anda siguiendo.

Voy a entregarle mi cuerpo

y voy a seguir viviendo. J. C.

 

Cuando nos referimos a la literatura jujeña, incuestionablemente, debemos hablar del poeta jujeño Jorge Calvetti, cofundador de Tarja, revista cultural del noroeste que se insertó en la Literatura nacional. M iembro de las Academias Argentina de Letras y de la Real Academia de la Lengua Española, poeta, periodista y escritor, pero por sobre todo gran hombre, gran argentino.

 

Nuestro recuerdo emocionado al poeta y escritor jujeño.

 

Marcelo Mendieta, periodista, escritor y amigo de Jorge Calvetti, recuerda su

Desaparición.


 

“…JORGE CALVETTI SE FUE AL PARAISO PARA HABLARLE A DIOS DE SU

AMOR A LA TIERRA


 

“…El 5 de Noviembre de 2002 me enteré de que el día anterior se había marchado de esta vida, con previo aviso, el escritor, periodista y poeta argentino, miembro académico de la Academia Argentina de Letras y de la Real Academia de la Lengua Española, Jorge Calvetti, mi hermano de esa fraternidad que nace no de la sangre sino del corazón y el alma. Digo y sostengo con previo aviso, por cuanto ustedes saben que allá, en mi tierra, en el Noroeste de la Argentina, creemos que nuestros familiares de nacimiento o de adopción nos visitan, sea donde fuere que estuviéramos, para despedirse antes de morir: siempre se manifiestan de alguna manera, a fin de enterarnos de su partida.

El sábado 2 de noviembre, inexplicablemente y por un instante, percibí el aroma del incienso. No existía ninguna posibilidad razonable para olfatear ese perfume tan característico de las ceremonias religiosas de distintos cultos. Entonces me pregunté quien había venido a despedirse. Ahora lo sé. Tengo la certeza que Dios se lo llevó para oírle hablar de su amor al terruño, a su gente y a ese paisaje del cual ahora está extrañado…”

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Marcelo Mendieta

 

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