Germán Walter Choque Vilca: una mirada desde el pensamiento andino
GERMÁN WALTER CHOQUE VILCA, desde el punto de vista filosófico, sociológico y de su relación con su tierra y su gente, según Lourdes Zalazar.
La profesora Lourdes Zalazar, poeta, escritora, especialista en Historia, salteña nos habla de la poesía de GERMÁN WALTER CHOQUE VILCA, desde el punto de vista filosófico, sociológico y de su relación con su tierra y su gente.
El Churqui, Germán Walter Choque Vilca viene a acompañarnos cuando expresa:
Me estiro azul como un poema largo
Bajo el oro sensual del mediodía
Rueda mi sombra con los pies cansados
Sobre el torso plural de las esquinas.
Y quizás cuando dice
Y estoy yo y mi sombra envejecida
¿Qué plegarias podrían decir mis labios
Si yo vine a pedirte una sonrisa?
De Tilcara
Si nos abocamos a lo que literalmente dice el poeta en la poesía que titulara “Tilcara” podemos comprender su filosofía andina, y la dimensión no pensada de lo americano.
Los versos de Germán, con diáfana expresión, hablan de sus raíces, del ser andino que difiere sustancialmente de las culturas del hemisferio norte.
No te olvides que el oro de la Pacha
es más limpio que el sol del europeo
Estamos dibujando con las palabras del poeta al hombre de ayer, hoy y mañana a Germán Churqui Choque Vilca. Exalta su origen y abre tempranamente el camino a la racionalización del hombre originario de esta tierra, al mal llamado Indio, aborigen.
Yo hermano de las tribus humahuacas
yo vengo del antiguo asentamiento
allá donde Atahualpa en Cajamarca
le dio más luz al sol de tu tormenta.
Muchos años antes de los 500 años del descubrimiento de América, época en que se marcan ideologías encontradas en el revisionismo histórico. ¿Encuentro de dos razas? ¿Encubrimiento? ¿Descubrimiento?
Germán Churqui Choque Vilca sentencia en sus versos:
¿Y sabes por qué vuelvo hermano mío?
Porque traigo la rabia de este pueblo
que fue descuartizado hacia los suyos
como el Cristo que reza tu Evangelio.
Y toma posición cuando dice:
Pero el indio de América no ha muerto
se ha tendido a dormir un sueño largo
desde alto candil de Cabo de Hornos
hasta el árido azul del Tiahuanaco.
Conviene –a mi juicio- analizar la poesía de Germán desde el ser americano ¿Habrá que aguardar para el silencio el doble privilegio de la ansiedad y la ironía o tendremos que recorrer incansablemente los precarios y estrechos senderos que conducen a una América que los ojos, la sensibilidad y el corazón de Germán descubren?
Desde la cintura verde de la selva
de Jujuy, de Tilcara de la Puna
Traigo el canto de América mi madre
hasta el mar que revienta en las espumas.
Y aquí donde el Atlántico golpea
con su espalda de azul musculatura
la latitud austral del continente
beberemos del Albión la sangre rubia
y después lentamente, cielo arriba
volveremos al sueño de las tumbas.
Crece también la sensibilidad por el que llega a su tierra, abre su suelo a hombres y mujeres de otras latitudes, se adentra en la época y difiere del liberalismo salvaje de Sarmiento, Alberdi, Mitre.
Abre tus brazos al rosal latino,
no levantes, ni cercos, ni murallas,
que tus mollares le den sombra y abrigo
al criollo, al europeo y al aymara
y que lleven tu nombre por el mundo
muchacha azul, princesa americana.
En el quehacer poético del Churqui subyace la experiencia vital, de la religiosidad del ser americano y la veneración traída por el europeo
Señor el horizonte
se me escapa y no vuelve
Ya no tengo corceles,
Ni pájaros/ni cielos
Suspendida del silencio sobre el dorso de la arena,
una cruz de cuatro estrellas reclama su deidad
con el signo de otros dioses corrompieron tus creencias
y la antigua Pachamama se durmió en tu soledad
En su obra Germán confronta la pátina de modernidad de las ciudades que visitó en Oriente y Europa, con ese sustrato precolombino de la tierra que lo vio nacer. Así lo expresa:
Atravesé las urbes de la tierra
las ciudades
A mis ojos, la luz de las ciudades
eran selvas de enjambres luminosos…
Cuando el verano te envuelva, el río
y tus noches se incendien de guitarra,
un cortejo de grillos escondidos
prenderán de tu nombre un pentagrama
y desde el verde lampazar nocturno
un coro anfibio entonará tu nombre
Tilcara.
Están presentes los estratos profundos de América, con su raíz mesiánica y la ira divina a flor de piel
Mañana, en alas del viento subandino
me hundiré en las arrugas de mi tierra
Quiero sentir arder sobre mis carnes
el metálico sol de Sudamérica.
Podemos estar todos envueltos en el mismo paisaje, en las mismas cosas, pero para el poeta: los pies descalzos, el ruido de la acequia, el ronquido del río adquieren una significación distinta, es aquí donde la palabra se vuelve poema. Los poemas de Germán están teñidos de romanticismo, están modernamente estructurados. Siempre vuelve a una conmovedora visión de su patria chica.
Así habla del Huasamayo.
¡Oh mi río de piedras y de espumas
hijo de la tempestad y del relámpago
lloro por vos cuando me encuentro lejos
cuando te nombro hermano Huasamayo.
Podemos preguntarnos ¿Adónde nace la poesía de Germán? En el vértice boreal de su mirada? o en la sed del hombre de la puna?
Si alguien comprende la angustia de mis dedos
que me tienda un alud de golondrinas,
yo pagaré con sílabas el cambio
con un canto de amor
a poesía.
Y Germán lo explicita en sus versos:
Entonces, sus pisadas en la lluvia
semejarán tambores de destierro.
Galoparán al sol, relinchos rojos,
los oscuros caballos de mi reino. Entonces beberán de las acequias
donde otros sementales no bebieron,
donde sólo pisó el casco desnudo
del garañón salvaje de mi verso.
Podemos reflexionar que es evidente que nada de aquello, a que estamos acostumbrados nos emociona. Un poeta puede ser algo inhabitual pero hecho a bases de cosas que manejamos constantemente, de cosas que están cerca de nuestro pecho y Germán toma elementos habituales y nos asombra, nos emociona. Por esos nos transporta no lleva hasta las alturas del vértigo consciente.
La poesía de GERMÁN WALTER CHOQUE VILCA, conjuga una incitación los versos filosóficos, sociológicos y un gesto vital nacidos del grito de su relación con su tierra y su gente.
Lourdes Zalazar