Jujuy | Corrupción K |

Los verdaderos motivos de la vuelta de Sala al penal

La dirigente fue sorprendida el sábado a la mañana por el juez Pablo Pullen Llermanos y efectivos del Cuerpo de Operaciones Especiales de la policía de la provincia, pero su regreso al servicio penitenciario se justificó en hechos que se produjeron desde su llegada al inmueble ubicado en el barrio El Parque del dique La Ciénaga, el 31 de agosto.

El argumento oficial fue la preocupación por el estado de salud de la dirigente. 

Si bien no se conocen evidencias clínicas de alguna dolencia física sufrida por Sala, existen diagnósticos que dan cuenta de un problema psicopatológico: padece un trastorno depresivo mayor, con ideación suicida. 
Semejante aseveración proviene del equipo médico que trabaja para el poder judicial de Jujuy. 

Los informes aseguran que la líder de la Tupac Amaru deslizaba la posibilidad de atentar contra su vida en caso de ser trasladada nuevamente a las instalaciones del penal N°3 de Alto Comedero.
 
Los médicos de la justicia recomendaron prestar especial atención a esta situación. Con esta advertencia en sus manos, el juez debía convivir, además, con la actitud desafiante de la detenida en forma constante.
 
Sala provocaba a los gendarmes que tenían a cargo su custodia en la casa del dique La Ciénaga, aparecía por diferentes medios de comunicación con un alto perfil y se mostraba reacia a cumplir con las condiciones que la justicia le había impuesto a cambio de recibir el beneficio de estar en su casa. 

Pero el momento de quiebre llegó el miércoles anterior a su reingreso al penal. Según consta en los considerandos de la resolución del juez, el esposo, Raúl Noro, había manifestado estar preocupado ese día por el estado de la dirigente y requirió la atención médica. 

Cuando los profesionales se hicieron presentes en el domicilio para revisar el estado de salud de Milagro Sala, no advirtieron en principio problemas físicos urgentes, y volvieron a subrayar el cuadro psicopatológico.
 
Advertido de la situación, el juez preparó un operativo especial con el objetivo de trasladar a la detenida hacia el hospital Pablo Soria para realizarle estudios en forma integral. Los médicos la estaban esperando. 

Sin embargo, Sala se negó a dirigirse al hospital, volvió a vociferar contra el personal de seguridad que intentaba cumplir con la orden del juez y le mandó a decir que ella era una presa política y que se haría los estudios que necesite en forma privada.
 
Quizás no lo evaluó en su momento, pero con esa actitud le estaba dando el argumento justo al juez Pullen Llermanos para devolverla al penal.
 
Es que entre las condiciones que se habían dispuesto para que la dirigente cumpla prisión preventiva en su casa, el juez había exigido un estricto seguimiento médico, de al menos dos veces por semana. 

Habiendo necesitado atención dos días antes, Sala se negaba a realizarse chequeos clínicos en el hospital. Esto colmó la paciencia del juez, quien decidió no correr más riesgos. 

Milagro Sala estaba diagnosticada con un cuadro depresivo con ideación suicida y permanecía en su casa, rodeada de elementos que supondrían un riesgo para su integridad ante ese diagnóstico. 

Además, se negó a realizarse estudios médicos ordenados por el juez, sabiendo que esto era un requisito para permanecer con prisión preventiva en su casa. 

Todos estos elementos terminaron de decidir su traslado al penal.

Dejá tu comentario