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Cómo armar el mate

Cuáles son los secretos para preparar la infusión perfecta. La temperatura ideal, el rol del azúcar y hasta cómo limpiar la bombilla. El chocolate y el queso son los mejores alimentos para acompañar esta costumbre nacional.

El mate es esencial en una reunión familiar o una juntada con amigos, no necesita excusas para presentarse. Su historia y sus mitos han conseguido tantos fanáticos como formas de prepararlo. El agua, la yerba, la bombilla, el recipiente y hasta la forma de infusionarlo pueden determinar el resultado final.

Todas estas cuestiones inciden en el sabor. Por lo tanto una mala decisión puede arruinar el mate y son muchos los factores a tener en cuenta en su preparación.

Decir que el mate forma parte de la cultura y el ADN argentino no es una exageración. Mucho menos una simple percepción. Al igual que en Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil, la preparación es una ceremonia y la costumbre genera escenarios de felicidad.

-Una buena yerba sin mucho polvo es primordial. Mirar la yerba otorga datos fundamentales.

-El recipiente tiene que tener dos condiciones: base angosta y boca ancha, de esta manera se consigue un mate duradero, bien hecho y parejo en la cebada.

-Respecto a la infusión, se moja solo la mitad de la yerba y después se avanza en la parte seca. Es muy importante cuidar el formato del recipiente.

-La temperatura del agua también influye en el amargor de la yerba y debe rondar entre los 75 y 80 grados.

Tanto el queso como el chocolate tienen el don de potencializar aromas y estructuras, y a la vez complejizarlos dentro de la propia armonía. En el maridaje se busca la compañía o unión entre el alimento y la bebida. Comiendo ambos previamente es ideal para preparar el paladar y enaltecer las características virtuosas de la yerba.

Por otra parte es necesario curar la bombilla cada 10 ó 15 días. Se realiza sumergiéndola en una cacerola con agua y una cucharadita de bicarbonato de sodio. Hay que dejarla durante 15 minutos en el fuego y luego ponerla debajo de una canilla con agua fría. De esta forma, se libera el sarro contenido dentro de la bombilla, que puede generar sabores y olores desagradables.

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