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Afganistan: Homenajea las víctimas del masivo atentado

Afganistán homenajeó este domingo a los 80 muertos del masivo atentado del EI del sábado con una jornada de luto, promesas de "venganza" y una prohibición oficial contra toda manifestación y protesta callejera durante 10 días "por motivos de seguridad".

Las banderas afganas ondearon a media asta en los edificios públicos de todo el país asiático y en varias partes del país se realizaron vigilias y lecturas públicas del Corán en honor de las víctimas civiles del doble atentado suicida que golpeó el sábado a una protesta en Kabul, la capital del convulsionado país asiático, y dejó además 305 heridos.

A los homenajes espontáneos de los afganos -vigilas nocturnas entre velas, rezos y lecturas del Corán- se sumaron los primeros funerales y entierros de las víctimas y la promesa pública del propio presidente, Ashraf Ghani, a los familiares de que su gobierno "vengará la sangre de sus seres queridos".

La otra reacción del gobierno afgano fue la prohibición este domingo de toda manifestación y protesta en las calles durante 10 días "por razones de seguridad", según un comunicado de la Ministerio del Interior, citado por la agencia de noticias DPA.

El sábado,  dos atacantes suicidas detonaron sus chalecos explosivos y se inmolaron en medio de una multitud de unas 10.000 que reclamaban un proyecto de obra pública. La mayoría de los manifestantes eran miembros de la etnia minoritaria hazara, chiita, una rama del islam que grupos sunnitas extremistas como el EI consideran herejes.

Esa comunidad pedía que el gobierno afgano redirigiera una red eléctrica que se proyecta construir desde Kirguizistán y Tayikistán hacia Pakistán e India, para que en vez de pasar por Kabul atraviese la provincia de Bamiyán, poblada sobre todo por esa minoría, que se siente discriminada por el Estado nacional.

Actualmente Bamiyán no está conectada a la red central eléctrica del país.

Horas después del ataque suicida el EI reivindicó la autoría a través de una agencia de noticias cercana a la milicia, Amaq.

Según explicó el vocero del Ministerio del Interior, Najib Danish, a la agencia de noticias EFE la prohibición de todas las "reuniones públicas y protestas" pretende "asegurar la seguridad de los ciudadanos" en general y en particular durante los funerales de los fallecidos en el atentado del sábado, que se sucederán a lo largo de los próximos días.

El Movimiento Esclarecedor, el mismo que convocó la manifestación de hazaras el sábado, ya anunció que no se dejara amedrentar por la milicia extremista y que convocará nuevas protestas, pese a la prohibición anunciada por el gobierno.

La comunidad hazara forma parte del 9% de chiitas en Afganistán y en los últimos dos años ha sido objeto de ataques sectarios y secuestros en grupo, reivindicados por los talibanes y también por milicias islamistas, como el EI, un grupo cada vez más poderoso en este país asiático.

A principios de este año, la misión de la ONU en el país advirtió en un informe que el año pasado había sido el más violento para los ciudadanos afganos con más de 3.500 muertos civiles y cerca de 7.500 heridos. Al menos un cuarto de las víctimas fatales eran niños.

Tras el primer trimestre de 2016, la ONU volvió a advertir que la ola de violencia no sólo no menguaba, sino que se recrudecía, especialmente contra la población civil y los niños, que pasaron a representar un tercio de los muertos en ese período.

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