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La nueva familia del Rugby Infantil

Bajo el lema “En el rugby participan todos”, Los Perales Rugby Club y Suri Rugby Club son las dos principales escuelas que reciben a niños para formarlos en esta histórica disciplina.

El rugby es más que una camiseta, más que un deporte, es la familia, el club, la historia, es lo que hace reír, llorar es poner la historia en juego porque cuando se entra a la cancha no se sabe lo que pasará pero quizás para muchos de los que ingresan puede ser la última vez.

Bajo el lema “En el rugby participan todos”, Los Perales Rugby Club y Suri Rugby Club son las dos principales escuelas que reciben a niños para formarlos en esta histórica disciplina en Jujuy.

“Mis viejos me tiraron a una cancha cuando tenía 4 años, soñaba todos los días, le pedía a mi viejo que me lleve todos los sábados a entrenar para jugar en la primera de mi club”, dijo Agustín Pichot, uno de los referentes de Los Pumas.

El Rugby Infantil es un juego amateur que tiene como objetivo formar ideas, recrear, educar, y respetar los derechos que tienen los niños a una práctica deportiva segura, tranquila y divertida.

Los chicos no juegan por competir, es diversión, hacer amigos, la camiseta, no es ganar o perder, es respeto, poner lo mejor en cada momento, no relajarse nunca para ganar la admiración del compañero y del rival.

El estímulo es tomar decisiones, la destreza del juego y la inteligencia táctica es fundamental, así lo expresó Oscar Guerrero uno de los profesores de Los perales Rugby Club “El objetivo del Club no sólo es formar buenos deportistas, sino también inculcarle valores para que sean buenas personas, son chicos de 6 a 14 años que ponen todos sus sentidos a prueba en cada tacle”.

En el marco de un nuevo Mundial de Rugby, el profesor se muestra entusiasmado “No necesito motivar a los chicos, se motivan solos cuando ven jugar a Los Pumas. Se nota todo el tiempo que quieren esforzarse y mejorar”. Los chicos entrenan todos los sábados a las 10 de la mañana en el predio de la UNJu y en el Club Suri en el Barrio Alto Comedero, “cada fin de semana se suman más chicos a desafiar sus propios límites”, declaró Guerrero.

Los clubes jujeños apuestan a este tipo de competencia sana y agradecen constantemente el apoyo de los padres para la realización de cada viaje que los niños realizan. “Los padres son importantes, nos ayudan con la indumentaria”, aclaró el profesor Guerrero.

Para los padres, las emociones crecen cuando ven a sus hijos entrenar los sábados por la mañana, “yo amo el Rugby, y para mí es un honor que mi hijo quiera jugar, me siento feliz de ver a mi hijo feliz”, afirmó Cristian de 43 años, que llegó al predio de la UNJu acompañado por su esposa a alentar a su hijo de 8 años.  

Ambos clubes opinan que esto no debe terminar, tienen el proyecto de hacer un encuentro regional de rugby infantil. El premio es el tercer tiempo, la gaseosa, los amigos y el pancho después de un agotador partido.

El objetivo principal es poner a la nueva familia de jóvenes rugbiers en lo más alto de su podio personal y del norte argentino.

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