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Los Barrios, quinta parte

 

Barrio Centro, primera parte

 

La escritora Susana Aguiar nos hace llegar recuerdos de su infancia y adolescencia en el barrio Centro de San Salvador de Jujuy. Sitúa líricamente los mismos. El amor por el terruño se pone de manifiesto en ellos.

 

 

Nací en Yala, el pueblo elegido por mi madre. Mi infancia y juventud las pasé repartida entre mi pueblo y mi domicilio obligado por la escolaridad, en Avenida 19 de abril entre Sarmiento y Gorriti. Este  barrio no tenía nombre, todos lo llamaban como "Barrio Centro" y se extendía desde la concurrida calle Lavalle al norte hasta la calle Bustamente al sur. Al este por la margen del río Chico y por el este hasta calle Belgrano.

Nos enorgullecía la Casa de Gobierno, La Legislatura,  el edificio de los Tribunales y los primeros Monobloc altos como el "H" sobre calle Lavalle. 

Ese tren lento  del recuerdo  que llega del pasado me trae mucha nostalgia.

La Avda.19 de abril era doble mano, de pequeños recibíamos  en la puerta de nuestra casa, la leche que traía Hernández desde Reyes en una Rastrojera, el pan que nos proveía  Don Quiroga en una jardinera, luego se sumaron sodero y garrafero. Con el tiempo se agregaron  al barrio Don Juan Díaz el carnicero, la novedosa panadería San Martín y los grandes almacenes de Calvó y Ortiz.

La iglesia preferida era La Catedral  Basílica, donde nos bautizaron, hicimos la comunión, confirmación y casamiento.

Refugio de nuestras  horas fueron plaza Belgrano, Plaza España detrás de la Casa de Gobierno. La famosa pasarela de Gorriti sobre el rio que unía el Centro con Barrio Gorriti, era un  lugar prohibido por nuestros mayores para niños y adolescentes, nunca supimos por que, quizás por que se encontraba por calle Gorriti  el cine Avenida donde los jóvenes se desesperaban por concurrir, especialmente para ver  las películas del momento de Isabel Sarli donde se descubrían los primeros desnudos.

Disfrutamos nuestros juegos bajos los árboles como ceibos, jacarandás, lapachos, y algunos naranjos. En ese pequeño mundo varones y mujeres nos mezclábamos para jugar  a la Rayuela, a las escondidas, al Farwet, en primavera en las carrozas cubiertas de flores blancas de corona de novia, paseábamos por las veredas de las casas. 

Los varones hicieron del terreno baldío entre la Legislatura y Tribunales una cancha, que pese a algunos objeciones  la bautizaron como : “La Bombonera", donde todos los sábados a la tarde o feriado se concentraban en ella para jugar a la "chuti". De vez en cuando algún balón atravesaba la avenida y se perdía en la playa del río Chico.  

Una pandilla de jóvenes entre 13 a 20 años formamos el famoso Jockey Club integrado por mujeres y varones que patinábamos en cuatro rueda por las calles que tenían menos tránsito. Este grupo lo encabezaban Montenovi, Mulqui, Fossati y Di Pietro. El adversario eterno era Parque San Martín a la Cabeza con los hermanos Revollo e Izquierdo.

Muchas caracterizadas  familias se asentaron en estas manzanas convocados quizás, por el centro cercano, y los primeros grandes edificios, no obstante, dos o tres conventillos cercanos a mi vivienda , coexistían con familias ensambladas y de origen extranjeros, bolivianos, paraguayos italianos y polacos. Fue famosa por la gente que vivía en ella El Conventillo "Las siete puñadas" en  en calle Independencia, quizás el nombre hacía mención a las históricas peleas entre sus integrantes del lugar.

¡Barrio Centro,  testigo de mi niñez, juventud y ahora madurez!

 

 

Susana Aguiar 

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