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Juicio histórico: Poco y nada en la jornada 31

Por distintos motivos, sólo uno de los testigos previstos para hoy, pudo prestar declaración testimonial. Se trata de Juan Carlos Baca. El resto fue reprogramado para mañana.

Una vez más se presentaron inconvenientes, ajenos al Tribunal Oral Federal, que impidieron el normal desarrollo de una nueva jornada del juicio por delitos de lesa humanidad que se desarrollan en nuestra ciudad.

Cinco eran los testigos previstos para hoy. Uno de ellos no se presentó en el Consejo de la Magistratura en Capital Federal. Sí lo hizo Horacio Ballester en el mismo lugar, pero no pudo declarar porque Antonio Orlando Vargas se encontraba prestando declaración por otra causa en Lomas de Zamora. Vargas está detenido en el servicio hospitalario de la Unidad Penal Nº 1 de Ezeiza, desde donde sigue semanalmente las alternativas del juicio por videoconferencia. Al no poder estar presente por la superposición de audiencias, se suspendió el testimonio de Ballester.

Raúl Edgardo Elías debía prestar declaración en la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán, pero por un error administrativo fue citado para mañana viernes 23, por lo que su comparecencia debió ser reprogramada.

A raíz de la ausencia del acusado Antonio Vargas, tampoco pudo declarar Francisco Ramoa, quien prestaba servicios en la Servicio Penitenciario de Gorriti en tiempos de la dictadura, ya que sus declaraciones pueden involucrar al ex militar. Ramoa se encontraba presente en dependencias del TOF.

El Tribunal Oral Federal ingresó en un cuarto intermedio a la espera del regreso de Vargas a Ezeiza, pero al no producirse a tiempo, decidió suspender los testimonios que podrían afectarlo, para evitar posibles planteamientos posteriores.

De una jornada anterior, había quedado pendiente la resolución de un pedido de recusación contra los jueces Juárez Alamaraz y Morín, presentado por el defensor de Mariano Braga, Ricardo Vitellini. El presidente del Tribunal René Vicente Casas, no hizo lugar al reclamo que ahora deberá ser resuelto por instancias superiores.

Finalmente a las 11,10 comenzó a prestar declaración el único testigo que pudo hacerlo, Juan Carlos Baca, quien se desempeñaba como policía en la jefatura durante el golpe de Estado.

Baca recordó que el 26 de marzo de 1976 estaba de franco, pero que en horas de la madrugada, mientras se encontraba en una fiesta, lo fueron a buscar para que se presentara uniformado de inmediato en su lugar de trabajo.

Al llegar le dieron una lista y salió con una patrulla a detener a las personas que en ella figuraban. Dijo que se trataba de políticos y funcionarios del gobierno, casi toda gente conocida que no opuso resistencia por lo que no fue necesario esposarlos ni vendarles los ojos.  Una vez detenidos, fueron llevados de a uno al Servicio Penitenciario de Gorriti, donde eran entregados al oficial de turno, sin pasar por dependencias policiales. “Ni ellos ni nosotros sabíamos por qué eran las detenciones. Cumplíamos órdenes” dijo Juan Carlos Baca.

El testigo contó que perteneció al servicio de Radio Patrulla y que era un oficial que había dejado la Escuela de Policía hacía muy poco tiempo, por lo cual no tenía acceso a muchos sectores de la Central de Policía. Se retiró como Comisario Mayor pero por una cuestión administrativa lo ascendieron a Comisario General.

Baca dijo que por aquellos años conoció de vista a Braga y Bulgheroni, que frecuentaban al Comisario Ernesto Jaig, pero que nunca participó de charlas porque ellos pertenecían un nivel superior y su área de acción era restringida.

Como otros ex policías, el testigo hizo reconocimientos sobre un plano de la Central de Policía.

Para mañana estaban citados cuatro testigos que por distintas causas no podrán hacerse presentes, por lo que se reprogramaron los testimonios de quienes no declararon hoy.

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